«Me planteé un proyecto intergeneracional donde cada interlocutor pudiera expresarse en el lenguaje que más cómodamente se solía desenvolver: las personas mayores con la oralidad; niños y niñas con el dibujo.»
Elia Verona, antropóloga y artista grancanaria, feminista y creativa muy interesada en trabajar con materiales humildes, “por dar a entender que el arte forma parte de nuestra vida y ha de ser un alimento cotidiano”. Elia es hoy nuestra protagonista en Encuentro con la Creatividad.
DogArtes (DG): Hola Elia, siempre nos gusta empezar este cuestionario haciendo referencia a la historia de nuestros y nuestras protagonistas. Antropóloga, artista y feminista, y que trabajas con técnicas como el grabado o el collage, que dan mucha libertad en su ejecución. Nos gustaría preguntarte por tu propia evolución y cuáles son, hoy día, tus principales vías de investigación y de trabajo.
Elia Verona (EV): Gracias por darme la oportunidad de hablar sobre mi trabajo. Mi evolución ha sido natural. Comencé estudiando y licenciándome en Derecho y de ahí me especialicé en igualdad género y cooperación internacional. Esta especialización me llevó a México, donde viví tres años y descubrí el grabado en relieve, técnica que me atrapó, entre otras cosas, por su sencillez y fuerza expresiva. En un momento determinado decidí dedicarme a tiempo completo a desarrollar mis propios proyectos creativos. En la actualidad estoy centrándome en las confluencias entre arte y antropología, en especial entre arte gráfico, donde incluyo el grabado, el collage y la serigrafía, y los trabajos colaborativos con población canaria específica, como ha sido el proceso de “Cumbres de cuento” del año 2020 y este segundo proyecto “Infancias de la Cumbre” de 2021.
DG: Elia, seguramente te habrán hecho esta pregunta muchas veces, y nos gustaría empezar este nuevo Encuentro con la Creatividad preguntándote cómo surgió esta iniciativa, siendo continuación, como mencionas también en la publicación, de un proyecto anterior llamado “Cumbres de Cuento”.
EV: Cumbres de Cuento fue una experiencia muy fructífera, a pesar de estar atravesada por la pandemia. Le pedí a niños y niñas de los centros educativos de Tejeda y Artenara que me contaran los cuentos que quisieran leer y que aún no existieran sobre el entorno en el que vivían, cuentos ilustrados por sus propias manos. El resultado fue magnifico, tanto por la acogida, como por la calidad de las historias y de las imágenes que crearon.
La cumbre tiene algo mágico, después de ese primer proyecto decidí vivir unos meses allí. En mis paseos diarios, conversaba con las personas mayores, que son la mayoría de la población. Me planteé un proyecto intergeneracional donde cada interlocutor pudiera expresarse en el lenguaje que más cómodamente se solía desenvolver: las personas mayores con la oralidad; niños y niñas con el dibujo. A los y las mayores les pregunté por su infancia, aquella de hace más de setenta años, la historia oral más antigua que puede rescatarse. Niños y niñas ilustraron muchas veces sorprendidísimos aquellas historias que les parecían de otro planeta. Ellos ya me conocían del proyecto anterior y me recibieron entusiasmados.
También es cierto que ambos proyectos han tenido apoyo oficial, si no, no hubieran sido posibles. Cumbres de Cuento fue financiado por el Cabildo de Gran Canaria a través del área encargada de Patrimonio Mundial e Infancias de la Cumbre por el Gobierno de Canarias, a través de su programa EnSeñas Patrimonio.
DG: “Este libro es una mezcla de voces e imágenes diversas que, puestas en relación, conforman algo nuevo”. Así comienza el primer Apéndice de “Infancias de la Cumbre”. Como antropóloga, ¿te ha sido posible recabar datos reveladores respecto a la sociedad canaria, y en concreto de la cumbre de la isla, de principios del siglo XX?
EV: Podría decirte que la mayor parte de esos datos están al alcance de todos, si conversamos con esas personas de más de ochenta años, las que habitan “la edad de la sabiduría” y con las que convivimos. La mayor parte de las vivencias rurales se parecen: por un lado la escasez y la mayor unidad entre los vecinos, por otra parte, la constatación de un medioambiente menos contaminado y con mayores lluvias. También queda patente la gran separación entre ricos y pobres, pero como la mayoría eran pobres, pues se veían “todos iguales”. La vida transcurría con muchas carencias, con una alta natalidad y también una alta mortalidad infantil. Era una vida en contacto cercano con el medio natural, sin prisas. Muchas de las entrevistas terminaban igual, a pesar de las carencias decían: antes era más tranquilo.
DG: Y como artista, ¿has interiorizado algo y posteriormente volcado a tu trabajo creativo actual? En caso de que sea así, ¿podrías explicarnos exactamente qué conceptos y cómo los has terminado aplicando?
EV: Sin duda estos dos trabajos: Infancias de la Cumbre y Cumbres de cuento, han sido muy inspiradores. El entorno natural de la cumbre tiene una energía muy potente. Los relatos de aquella época no tan lejana en el tiempo también, y qué decir de los dibujos infantiles, siempre tan frescos, libres y expresivos. Tengo todo eso dentro, y de una forma u otra, aparecerán en futuras obras. Por ahora, están los collages que ilustran el inicio de cada capítulo de Infancias de la Cumbre y una serie de grabados inspirados en los dibujos de las historias de Cumbres de Cuento, que he estampado sobre tela.
DG: Un libro para tres infancias es el título del apartado que precede a los diversos capítulos que componen este trabajo. Las diferencias, seguro que muchas se nos vienen solas, pero, ¿qué hay de las similitudes? ¿Encontraste algo común, que sea similar o igual o que se repita en las tres infancias?
EV: La infancia tiene una mirada particular sobre el mundo. Podríamos decir que es frescura, ingenuidad, pureza. También esas ganas de ser grandes, esa admiración por algunos adultos, la posibilidad de disfrutar al jugar con cualquier cosa, el impacto que puede producirte aquello que ves o experimentas por primera vez, sea positivo o traumático. Creo que todo eso es universal. La mirada sobre las cosas es común a las tres infancias, lo que cada quien ha visto o vivido es lo que es diferente en cada una de las generaciones.
DG: Has dividido las aportaciones en secciones como todos éramos uno, los animales imprescindibles, la comida o los juguetes. ¿Se trata de aspectos que definen una sociedad?
EV: No me atrevería a definir una sociedad por esos aspectos únicamente, más bien, se trata de elementos significativos, de aspectos que marcan una diferencia con respecto al momento presente. Hay un gran cambio si comparamos nuestro capitalismo voraz y la vivencia de una economía doméstica de subsistencia que se apoyaba en el trueque en épocas de gran escasez, donde los niños y niñas no ayudaban, sino que efectivamente eran imprescindibles para realizar tareas como el cuidado de los animales, los recados como ir al molino, traer leña, o bien las chicas cuidar de los hermanos menores.
DG: El almendro, el patrimonio mundial y su contexto, la confrontación entre el mundo rural y el urbano… Elementos que han dado personalidad propia a un entorno determinado y a la sociedad que le ha dado forma durante décadas, generación tras generación. Llegados a este punto, Elia, ¿qué futuro crees que le depara a la sociedad cumbrera de la isla y a toda esa riqueza paisajística y cultural?
EV: Es una pregunta complicada. Me debato entre lo que quisiera que fuera y lo que los indicios o las tendencias actuales marcan. Yo quisiera que lo rural de nuestras islas recobrara su valor. Que quienes habitamos aquí sepamos valorarlo. También que se dote de los medios oportunos y se generen nuevas oportunidades de generación de ingresos para que las escuelas rurales no terminen cerrando. No quisiera ver más pueblos desiertos, como La Higuerilla en Tejeda, del que es originaria Dolores García, con la que he conversado mucho por ser mi vecina el tiempo que viví en la cumbre.
Luego están los datos: la despoblación, los incendios, la falta de oportunidades a la hora de encontrar una fuente de ingresos que evite tener que desplazarse a las zonas urbanas diariamente por esas carreteras largas y complicadas, la agricultura, que se va abandonando por el coste del agua y el bajo precio de venta de los productos… No es gratuito que haya decidido trabajar en la cumbre grancanaria, ni lo es que haya escogido a las personas mayores, depositarias de una memoria y sabiduría que heredaron del pasado y a los niños y niñas, que serán quienes tomarán el relevo en el futuro. Rescatar memorias, poner en valor el paisaje a través de la historia vivida en él, educar y sensibilizar a quienes son más jóvenes y al público en general… todo eso es importante para que lo que deseo para la cumbre pueda ser materializado. Por eso trabajo en ello, porque creo y valoro las islas en las que nací, la isla en la que vivo y la cumbre repleta de legados de quienes tienen el rostro surcado de arrugas, y también de aquellos otros habitantes que ocuparon el archipiélago por primera vez.
DG: Háblanos de tu experiencia trabajando con los mayores y también con los niños. Es enriquecedor trabajar de forma directa con la fuente y seguramente anotaste muchas otras cosas que no aparecen en esta publicación…
EV: Como te decía, el trabajo de campo fue complicado, sobre todo en Cumbres de Cuento, pues decidimos no postergarlo, a pesar de la pandemia. Las mascarillas y la distancia social son una barrera, sobre todo al principio, en los primeros momentos. Lo que constaté, o corroboré, es la disponibilidad de la gente, su cercanía y sus ganas de compartir a pesar de todo. De las entrevistas con mayores salía con pan recién hecho en horno casero, huevos recién puestos y del trabajo con niños y niñas, con abrazos que transgredían esa distancia que imponía la pandemia.
DG: Qué puedes decirnos de tus propios collages que aparecen en la publicación? ¿Alguno en especial?
EV: Sí, hay uno es especial para mí. En él aparece un niño cargando agua, con dos cacharros unidos por un palo que se apoya en sus hombros, descalzo. La fotografía está recortada sobre una tela con ejercicios de deshilado. Esa tela es el examen de bordadora de mi madre, cuyas vivencias de zona rural aunque no de cumbre, son muy similares a las que aparecen en los testimonios del libro. De alguna manera, el libro es también un homenaje a la infancia de mis padres.
DG: Por último, Elia, Infancias de la Cumbre se puede considerar un proyecto y publicación acabados. O bien podemos decir que trata de una generación de conocimiento continua, activa y dinámica, y que puede tener una continuación real dentro de tus investigaciones y trabajos futuros. ¿Puedes adelantarnos algo?
EV: Mi forma de trabajar yo la llamo “deriva creativa”, es ir dejando que un poco, la vida me diga para dónde. No tengo planes rígidos, solo ideas que unas se materializan porque las condiciones las favorecen y otras se quedan aparcadas o se olvidan. Me gustaría seguir trabajando en la cumbre, pero no sé si a corto plazo puedan materializarse nuevos proyectos. Me encantaría, siempre que no sea por inercia o comodidad, sino porque pueda materializar una nueva idea, que funcione y que me apasione como las anteriores. En cualquier caso, siempre intento que mis proyectos estén disponibles en la web, porque lo que me interesa es que sean conocidos por el mayor número de personas posible y también me encantaría que sirvieran de inspiración o modelo para futuros trabajos, en la cumbre o en cualquier otro lugar. En este sentido, infancias de la cumbre propone una metodología intergeneracional fácilmente replicable en otros contextos y con otros temas, y Cumbres de Cuento, aunque es solo con público infantil, también es fácilmente replicable.
DG: Elia, de nuevo muchas gracias por tu colaboración con DogArtes y compartir con nosotros y nuestros lectores y lectoras todo tu saber. Quedan muchas cosas en el tintero, pero seguro que habrá nuevos encuentros. ¡Gracias!
EV: Gracias a ti, porque sé que te implicas profundamente en el desarrollo cultural en las islas y en especial, en las zonas rurales. Trabajos como el tuyo son muy necesarios y por eso te admiro y siento que andamos todo el tiempo por caminos cercanos.
Por último, quisiera dejar el link de Infancias de la cumbre, para que quien quiera pueda descargar el libro: https://eliaverona.wordpress.com/portfolio/infancias-de-la-cumbre/
y también el link al proyecto anterior, Cumbres de Cuento. Este libro también está disponible en la web: https://eliaverona.wordpress.com/portfolio/cumbres-de-cuento/