Mayo llega a San Mateo cargado de color, de flores y de celebraciones basadas en la religión cristiana católica. La tradición de la Virgen de Fátima en San Mateo nos lleva a algunas décadas atrás. Como mínimo a la década de los cincuenta del siglo XX.

<<El domingo 14 de mayo de 1950 llegaba a la Vega de San Mateo una nueva advocación mariana: la imagen de Fátima, abriéndose paso a duras penas entre el tumulto. Fue tanta la expectación creada que todavía hoy es la Virgen más venerada en la Vega de Arriba, la que provoca amplias muestras de devoción popular, la que todos los mayos recibe las flores más variadas, porque hay una gran relación de esta fiesta con la vegetación local.>> (2018:122) Así comienza el apartado dedicado a la Virgen de Fátima en el libro escrito por el Cronista Oficial de Santa Brígida, Pedro Socorro Santana, Fátima y Lourdes. Crónica de un siglo de devociones populares y supuestos milagros en la Vega de San Mateo, de la Editorial BeginBook. Libro que recomendamos si se quiere profundizar no solo en esta celebración, sino también en la de la Virgen de Lourdes, también en San Mateo.

La historia de la Virgen de Fátima es probablemente una de las más extendidas en el catolicismo, y tal vez de las más veneradas actualmente. De la tradición de la Virgen de Fátima en San Mateo, Pedro J. Rodríguez Suárez, Cronista Oficial de Vega de San Mateo, nos dice que <<una vez llegada la imagen a Gran Canaria estuvo depositada en la Iglesia del Corazón de María, y el día 13 de mayo de 1950 vino en peregrinación por todos los pueblos del centro hasta San Mateo portada sobre el camión de D. Antonio Gil Pérez, haciendo una parada en el templo de Santa Brígida, de donde era natural D. Juan Santana, para posteriormente ser recibida por una multitud de vecinos que la esperaban en El Madroñal y en Vista Alegre. […]. Por iniciativa del padre franciscano D. Salvador Sierra fue nombrada patrona de los siete “Piratas”. Este franciscano era el predicador del novenario dedicado a la Virgen, sufragando los gastos los conductores. Los “Piratas”, al llegar la semana de las fiestas se liberaban del trabajo uno cada día para en unión de varios jóvenes ir a buscar flores para hacer las alfombras que cubrían el trayecto procesional.>> Datos más que interesantes para darle un valor cultural intangible a una tradición que tiene ya más de medio siglo.

Tradiciones que dan identidad e imagen a un pueblo o una sociedad. La idea de tradiciones y costumbres nos conduce al planteamiento de un patrimonio originario en lo popular. Un patrimonio basado en el ciclo anual solar y que por tanto se repite de un año a otro, a modo de calendario. Gran parte de las fiestas tradicionales provienen de la liturgia cristiana (como es el caso de la festividad de la Virgen de Fátima), quien a su vez ha tomado muchas celebraciones y fiestas de otras culturas y adaptado a sus ideales e intereses que finalmente terminan mezclándose con la vida cotidiana de las personas y todo lo que ello conlleva (alimentación, vestimenta servicios domésticos, juegos y diversiones, mercados y ferias, fiestas y romerías…).

En el patio de la Caldereta. Foto: Carla Martín Arévalo.

Esta nueva entrada del blog de DogArtes nos habla de la tradición y la costumbre. En este caso relacionados con la advocación de la Virgen de Fátima. Llegados a este punto, entramos en el debate de la necesidad de la conservación, o no, de las tradiciones. Y si tradición y creencia están vinculadas de alguna manera.

¿Deben evolucionar la tradiciones, o sin embargo hay que dejar que sigan su curso natural y permitir que se extingan? Siempre puede quedar el hecho archivístico como tal para documentar y recordar las tradiciones pasadas, cosa que sucede. Tratándose del momento presente y de la existencia real -que aún existe y sucede- de esa tradición, ¿hay que permitir que la tradición desaparezca?

Por otra parte, también es interesante plantearse la posibilidad del cambio y adaptación de dichas tradiciones. O bien simplemente que ese cambio genere nuevas costumbres para la sociedad que las acoge.

Puede tratarse de una verdadera lástima que algunas costumbres y tradiciones se pierdan, pues representan el acervo cultural de una colectividad y sus miembros en su organización como familia, individuo o parte de un colectivo determinado.

¿Cómo proceder a este respecto? ¿Se hace necesaria la intervención pública y también privada para evitar la desaparición de las tradiciones, aún tratándose de creencias religiosas? El tiempo va pasando y las sociedades cambian y se transforman, y desarrollan nuevos hábitos de vida y costumbres. Y no siempre prestan atención a lo que ya había, bien porque los valores han cambiado, bien porque ya no ejerce ningún tipo de interés o influencia en el individuo y sociedad.

En cualquier caso, las Fiestas de Fátima en San Mateo son una tradición viva del municipio que aúna el esfuerzo de muchas personas y colectivos para llevarlas a cabo en las fechas de la onomástica de Fátima, el 13 de mayo. En tiempos de pandemia dicha tradición se ve obligada a reducirse a entronar a la Virgen y llenarla de flores como siempre (actos realizados por la vecindad), pero no a realizar las alfombras tradicionales hechas con sal, flores, ramas, y otros tantos elementos que decoran las calles por donde la virgen pasaría en procesión por la noche después del pertinente oficio religioso.

Así, si se pretende conservar y que no caiga en el olvido esta tradición popular, es necesario realizar actuaciones que favorezcan el enraizamiento de la tradición entre la población propietaria de la misma. Una mediación entre la población local y el propio patrimonio intangible de un pueblo para que dicha fiesta no caiga en el olvido.

Tal es así que desde el Ayuntamiento de Vega de San Mateo se realizaron al menos dos alfombras de sal, una en el Centro Ocupacional de la localidad, hecha por los chicos y chicas pertenecientes al mismo, y otra en La Caldereta Sala de Exposiciones, elaborada por el alumnado de la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura. Además, en la sala municipal de exposiciones se programó una muestra que guarda relación con La Vega: obras pictóricas que reflejan lugares del pueblo y de algunos barrios del municipio, del creador Antonio Serrano.

Alfombra de sal en La Caldereta, elaborada por el alumnado la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura de San Mateo.

De esta forma, y vinculando colectivos diferentes para un mismo fin, se consigue de alguna forma la conservación de la tradición de la Virgen de Fátima en San Mateo. Así se podría lograr que las generaciones venideras prosigan la tradición y esta se mantenga viva formando parte del acervo cultural de un pueblo. Pues como dice el dicho popular, un pueblo que olvida su historia, es un pueblo sin identidad.