Hace unos años, en concreto en 2017, visité una muestra de la artista Adela Cano, realizada en la Fundación La Caja de Canarias de Las Palmas de Gran Canaria (antiguo CICCA). Después de visitarla, anoté la siguiente reflexión sobre la artista y la muestra. Y ahora la comparto aquí también.
Visitar exposiciones y luego reflexionar para lograr escribir sobre ellas, se ha convertido en una actividad sugerente, entretenida y amena para mí. Hoy toca centrarse en <<Ella>>, de Adela Cano.
No hace un año que conozco a esta veterana artista, o pintora, como ella misma se hace llamar, y ya me sorprende su genio e ingenio para arreglárselas con la vida. Una mujer pasional donde las haya, ha logrado desarrollar su inteligencia emocional hasta el punto de derramar dicha característica allá por donde se mueva. Y es el caso de <<Ella>>.
Su larga trayectoria la avala. México ha sido un país para ella anfitrión, un lugar donde vivió durante veinte años. Sus múltiples trabajos y exposiciones allí se combinan con los proyectos que desde 2005 ha puesto en marcha en su ciudad natal: Las Palmas de Gran Canaria.
Quizá esta nueva exposición de Cano, organizada en la Fundación La Caja de Canarias, en Las Palmas de Gran Canaria, entre los días 9 de marzo y 7 de abril de 2017, sea un autorretrato, o quizá un retrato, de ella, o de ellas. En definitiva, <<Ella>> es la simbiosis, la unión de todas y cada una de las mujeres que habitan, han habitado y habitarán este planeta desde la Prehistoria.
Pretendiendo reflejar los rasgos definitorios o característicos de la mujer, y sin caer en estereotipos, prejuicios o ideas preconcebidas, Adela Cano manifiesta con esta exposición la explosión vital que supone ser y sentirse mujer. Todo ello acompañado por una paleta de colores muy viva, destacando los rojos, los violetas, amarillos, y a la vez tonos fríos, como los azules que logra con trazos sueltos y manchas bien definidas.
Alcanzando lo figurativo, tras cada obra hay un mensaje, una intención. Destaco el conjunto de tres trabajos denominados Pasión, Libertad, y Ruptura. Cano expone que una mujer debe ser capaz de estas tres cosas: Tener la pasión suficiente para hacer lo que se proponga, ser libre para decidir y romper con todo lo que no quiere, desea o acepta.
También sus pinturas nos recuerdan al vínculo que la mujer tiene con la naturaleza, con la Madre, la vida germina a través de ella, y con ella se desarrolla.
Algunos claroscuros son palpables, como en Sombra o Escarcha, favorecen el posicionamiento de una figura femenina frente al trance que en ocasiones le toca sobrellevar; la oscuridad opuesta a la luz, al brillo; la emoción hecha pintura.
El detalle matérico está presente, y realza la viveza de la técnica de Cano, creando un dinamismo ante unas escenas que empiezan por tener poco movimiento y alcanzan una sincronización con el color y las formas que se expanden por el lienzo y más allá de él.
Ruptura es una explosión en la técnica. El reentelado permite alcanzar una imagen bidimensional que invita a meterse en el hueco abierto del paquete regalo roto. Si ya Cano mostraba planimetrías y perspectivas unidas en un único territorio unidimensional, esa tela rota, rasgada tal vez con ansia o deseo, demuestra el manejo de la textura con elementos externos a la propia pintura, generando relieve superponiendo los retales.
Y ahí no queda la cuestión. El toque kitsch que trabaja en Sueño no pasa para nada desapercibido, acercándose así a la relación del espectador con el ambiente estético donde se encuentra este y la protagonista del cuadro, quien descansa plácidamente y no muestra su rostro, pero que está pendiente a lo que sucede a su alrededor.
Para terminar, y aunque <<Ella>> rebose fuerza y dinamismo, es de destacar que su montaje permite un tránsito por la sala tranquilo y acogedor, dejando al espectador que observe, aprecie y se comunique con la propia obra. El recorrido acaba en un gran broche de oro: Dos mujeres en lienzos verticales que representan el ayer y el mañana, el pasado y el futuro. Sencillez y primitivismo en la ejecución del primero (Pasado), y una lluvia plateada de bits sobre una mujer que se ducha con ella (Futuro). El papel de la mujer ha cambiado con el paso del tiempo. Un mensaje queda claro contraponiendo ambas representaciones.
Solo me queda recordarles que aún están a tiempo de sumergirse en <<Ella>>, de descubrir las emociones escondidas pero reconocibles de los trazos de Adela Cano en cada uno de sus trabajos. Que se busquen y se encuentren, e identifiquen a la mujer que todos llevamos dentro.
