Como hemos comentado en otras ocasiones, tomarse unos días de descanso, alejarse de la rutina y de las prisas, no viene tan mal sobre todo cuando nos dedicamos a aprender in situ y descubrir aspectos de nuestra cultura y nuestro saber, que en ocasiones conocíamos de oídas. Y planificar una breve pero intensa ruta turística y cultural por Lanzarote es una oportunidad que no podemos perder.
La isla de Lanzarote, isla volcánica, salvaje, con una fuerza natural inmensa, cuenta también con un patrimonio cultural, arqueológico e intangible, digno de ser valorado, difundido y disfrutado. Claro está, siempre con el respecto que se merece.
Unos días de descanso en la isla dan para mucho. La playa, los paisajes, la gastronomía, los conocidos teleclubs… Una variedad de atractivos que, mezclados con el patrimonio cultural que Lanzarote posee, hacen de esta ínsula un lugar ideal para sumergirse un poquito más en su historia local.
En esta entrada nos centraremos en la parte centro norte de la isla. En concreto, entre Haría, Tinajo y Teguise. Maravillosos pueblos de interior.
Haría, con el Valle de las Mil Palmeras es un interesante lugar al que dedicarle tiempo e investigación. Pero esta tarea la dejamos para que nuestros lectores la hagan por sí mismos.
En otro orden de cosas, buscamos destacar algunos puntos de la geografía de interior. Comenzamos por una interesante parada en el Cementerio de Haría para visitar la tumba de César Manrique. Un sepulcro nada ostentoso, muy discreto, para quien lo custodia.
“El artista conejero murió en accedente de tráfico un 25 de septiembre de 1992, a los 73 años. Su última morada en la tierra del cementerio de Haría apenas llama la atención si no fuera por un cactus y una palmera que ya han crecido con el paso de los años. Fue su deseo.”
https://planetacanario.com/la-tumba-de-cesar-manrique-27-anos-despues-de-su-inesperada-muerte/
Quien más quien menos conoce la importante trayectoria de este artista lanzaroteño de proyección nacional e internacional. Sus proyectos arquitectónicos, su estilo pictórico, su vínculo con el entorno, el paisaje y la naturaleza, el innegable legado que ha dejado… Ya hoy César Manrique es parte de la materia, de la tierra de Lanzarote, ha regresado al origen: “Así quiso que lo recordaran: fundido con la naturaleza de su isla, bello y sencillo como el rofe, como el viento, como una palmera… Se afanó por disfrutar de cada instante de su existencia, consciente del milagro de estar vivo, sabedor de que no había tiempo para perder el tiempo y de que en cada segundo estaba la eternidad”.
Tras esta parada, otro lugar imprescindible es el Mirador del Río, desde donde vemos una vista fantástica de La Graciosa y del conjunto de islotes que, junto con esta, forman el Archipiélago Chinijo.
Por mucho tiempo llamada la octava isla, La Graciosa ya es considerada desde 2018 como la octava isla habitada del Archipiélago Canario.
La población de La Graciosa ha centrado su actividad a lo largo de su historia principalmente en la pesca, y actualmente el turismo es uno de sus ejes económicos. Dicha población debía trasladarse a Lanzarote para realizar parte de sus quehaceres (visitas médicas, religión, compra o intercambio de vestimenta, alimentos, mobiliario…) y para vender el pescado capturado en sus costas.
Y de aquí surge la siguiente parada de nuestra ruta por Lanzarote: Acercarnos al conocido como camino de los gracioseros. Este camino fue en su día la vía de comunicación entre La Graciosa y la isla de Lanzarote, empleado sobre todo por mujeres, para vender el pescado capturado. Una vez desembarcados en el lugar llamado El Embarcadero, en la costa de Famara, cestos cargados de pescado y sal eran transportados por mujeres para venderlos en las poblaciones cercanas, como Haría.
El Risco lo subían las mujeres cargadas con el pescado, y al regreso, venían también cargadas con los productos que comprarían en Haría. Una espectacular playa fondea la vista desde El Risco, hoy día transitada por los visitantes que se animan a realizar el descenso y el ascenso a este enclave, para disfrutar de esta joya natural. Pero no debemos olvidar el alcance real que ha tenido este camino para la vida, historia y subsistencia de la isla de La Graciosa. Muchas son las voces que argumentan que este camino debiera llamarse el camino de las gracioseras, pues ellas eran las principales usuarias del mismo.
En este mismo lugar, podemos apreciar la existencia de un conjunto de salinas de barro, que llevan funcionando desde el siglo XVI y pueden tratarse de las salinas más antiguas de Canarias. Son conocidas como las Salinas del Río o de Gusa.
Es interesante destacar que el canal de El Río fue utilizado desde hace siglos, por sus aguas tranquilas, por corsarios y comerciantes para hacer parada y repostar agua y alimentos. De ahí a encontrarse en el lugar un patrimonio arqueológico de gran valor.
En el enlace que mostramos de la plataforma de Youtube, en concreto al canal «Rincones de Lanzarote«, se explica a la perfección la importancia del camino de los gracioseros.
Seguimos avanzando en la ruta y es el turno de la cerámica y los famosos Novios de El Mojón. Estos novios tienen el origen en dos piezas encontradas, y de forma repetida, en varios yacimientos arqueológicos de Lanzarote, un hombre y una mujer, que con sus partes sexuales exageradas, se las vincula con aspectos mágicos y religiosos. En estas figuras se basó la creación de los Novios de El Mojón en la cerámica de finales del siglo XIX, para realizar reproducciones de los mismos.
La memoria colectiva cuenta que muchos novios, antes de casarse, iban a El Mojón (importante lugar de producción ceramista) para conseguir estas dos figurillas de barro, símbolo de la prosperidad y la buenaventura del futuro matrimonio.
Aquí destaca Dorotea de Armas Curbelo y su labor de ceramista:
“Doña Dorotea, fue el eslabón que salvó, una artesanía ya casi olvidada y le dio de nuevo vida, sus manos como ejes imaginarios de una máquina artesanal van dando forma a un barro sobre el que ha volcado sudor y cariño, ella se recreaba en las obras que iba haciendo, le traían recuerdos de su infancia, recordaba a su abuela paterna en el Mojón, trabajando el barro, obtenido en el mismo barranco que lo sacaba ella, el de Las Nieves. Las piezas las cuece al aire libre, como lo hacían sus antepasados, que quemaban carozos y excrementos de animales, mientras ella utilizaba varas de parra. Sahumerios, asaderas, escudillas, escurridores, braseros, y otros tantos elementos que formaron parte de nuestra identidad artesanal, forman parte de la obra de esta mujer alfarera, cuya fama traspasó los brazos de mar que tanto nos separa y tanto nos une. Pero lo que más se demandaba era la pareja conocida como NOVIOS DEL MOJÓN, nombre que se le atribuye a la propia Dorotea, porque lo que sí que existían eran unas figuras del Mojón, llamada así, porque era a este pueblo a donde acudían los vecinos de Lanzarote a buscarla, al centro alfarero de la isla.”
https://historiadeteguise.com/2016/04/01/los-novios-de-el-mojon-ii/#more-1097
Fuente: vegadeyuco.com
En el pago de El Mojón encontramos, en un cruce, una reproducción a escala algo mayor que la humana, en piedra, las figurillas que representan a los Novios de El Mojón, con los órganos sexuales destacados. Las figuras se encuentran manchadas quitándoles así valor y visibilización a lo que representan. Estaría muy bien que una pequeña intervención de limpieza y mantenimiento del espacio las dejase tan hermosas como lo han sido siempre.
Profundizando en la cerámica, nos desplazamos hacia la Ermita de los Dolores, en Mancha Blanca, perteneciente al municipio de Tinajo, lugar donde Dorotea vivió gran parte de su vida (Muñique). Aquí, el Cabildo de Lanzarote instaló una escultura en homenaje a ella, en el año 2022. El autor de la pieza es el artista conejero Rigoberto Camacho Pérez, quien creó la imagen de Dorotea, con un estilo realista y acompañada de los Novios de El Mojón y varias piezas de cerámica que Dorotea solía realizar.
La siguiente y última parada de esta ruta turística y cultural por Lanzarote, es el yacimiento arqueológico de Zonzamas, en el municipio de Teguise. Se trata del yacimiento más importante y representativo del pueblo maho o majo en la isla.
“Distintas campañas arqueológicas realizadas desde los años setenta del siglo pasado evidencian la gran extensión de este complejo, y que ocuparía más de diez hectáreas. Sobresalen una serie de estructuras excavadas en el subsuelo, de las que unas, las casas hondas, se utilizarían para vivir, mientras que otras pudieron ser posibles almacenes o graneros. El piso de las casas hondas se excavaba en la tierra, por lo que la mitad de la habitación quedaba por debajo del nivel del suelo y sólo sobresalía una parte de las paredes.”
https://www.biosferadigital.com/articulo/lanzarote/yacimiento-arqueologico-zonzamas-endereza-fin-rumbo/20230118065318121124.html
En este lugar se encuentra el conocido Palacio de Zonzamas, y se cree que fue la morada del jefe de la isla a finales del siglo XIV. Dicho palacio es una cueva actualmente con el acceso derruido y en cuyo acceso destaca una muralla compuesta por piedras de gran peso y tamaño y montadas sin ningún tipo de pegue. Es posible que su construcción se debiese a la protección y defensa ante momentos de intenso peligro que se vivían en esa época.
Junto a la cueva hay dos espacios cubiertos y en los que se pueden ver los restos de las casas hondas y otros espacios ya excavados. En los alrededores del lugar se ve el inicio de otras excavaciones, que con seguridad sacarán a la luz nuevos tesoros arqueológicos de Lanzarote.
Otro aspecto a destacar en este lugar es la construcción sin acabar de lo que iba a ser o será el Museo Arqueológico de Lanzarote. Aunque parece que la obra está parada, podría ser un enclave cercano al yacimiento de Zonzamas que pondría en valor y conservaría toda la cultura prehispánica de la isla. Cuestión de avanzar con el proyecto y lograr acabarlo y ponerlo en marcha.
Y hasta aquí nuestro recorrido por esta isla tan característica. Una forma lúdica, diferente y constructiva de redescubrir Lanzarote. Esta ruta turístico cultural por el centro norte de la isla nos ha abierto las puertas a seguir averiguando más aspectos sobre la historia y la cultura local de esta impresionante isla del Archipiélago Canario.
Como curiosidad y anécdota, y de las buenas, en el viaje de vuelta de Lanzarote a Gran Canaria con Binter, coincidí en el avión con Diolinda, quien está al frente del blog La Museóloga Inocente y cuenta con perfil en Instagram donde nos cuenta muchas cosas relacionadas con la museología y también su interés por el coleccionismo.
La lectura del libro Las Rosas de Hércules, del poeta modernista canario Tomás Morales fue el punto de conexión de una conversación llena de matices filosóficos, literarios y artísticos que nos conducen a nuevas líneas de aprendizaje e investigación para continuar en el camino que hemos iniciado. ¡Muchas gracias, Diolinda! Esperando ya al siguiente encuentro, y que sea tan mágico como este.
Por último, solo nos queda animarles a que transiten por estos lugares y descubran por ustedes mismos este patrimonio cultural canario al que en ocasiones no es tarea sencilla llegar. Y también empujarles a vivenciar experiencias tan mágicas como las vividas en esta escapada, que al fin y al cabo son las que nos guían.